Muchas
veces pasaremos problemas, pruebas, traiciones, dolores y varias
circunstancias que intentarán desanimarnos y hacer menguar nuestra fe:
en esos momentos pareciera que Dios está lejano, pareciera como si Dios
se hubiera olvidado de nosotros y lo único que nos queda son sus
promesas y el dulce espíritu de Dios el cual nos habla al corazón y nos
dice no te rindas hijo mío yo te amo, soporta esta prueba, yo siempre
estoy a tu lado, yo seré el que cambie tu lamento en baile.
En
esos momentos recuerda que Dios es tu oportuno socorro, Dios es nuestra
torre fuerte, Dios es nuestro refugio, Dios es nuestro escudo, Dios es
nuestro escondedero, Dios es el que multiplica nuestras fuerzas cuando
ya no nos queda ninguna, Dios es fiel y verdadero y sus promesas son
ciertas.
Es
Dios el que hace justicia, El ve lo que nos está pasando, Dios se
levanta de su trono y va al rescate de su ungido, pero es necesario que
pasemos por pruebas para que podamos crecer, Dios utiliza esos momentos
de prueba para que aprendamos a depender de Él y tengamos una comunión
más íntima y sincera con El, y una vez ya pasada la prueba, Dios nos
hace justicia y nos restituye mucho más allá de lo que podamos imaginar.
Dios
cambia esas lágrimas por risas, Dios cambia esa tristeza en gozo, Dios
cambia nuestro lamento en baile; cuando usted pasa la prueba y ve la
mano de Dios, usted se convierte en un adorador, sus labios se llenarán
de alabanza por que usted acaba de conocer lo poderoso que es nuestro
Dios.
Así
que querid@ herman@ no pierda la fe, no permita que el enemigo plante
cizaña en su mente y corazón, recuerde que usted es muy preciado para
Dios, Dios lo escogió, lo rescató, lo perdonó, lo hizo su hijo y lo
amará por siempre.
Su palabra dice: Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría (Salmo 30:5)
Así
que si usted está pasando pruebas, no importa cuán difíciles o enormes
parezcan las circunstancias, recuerde que Dios siempre está con usted,
Dios ya le ha dado la victoria así que confíe en Dios y el hará, y usted
verá como Dios enjugará todas sus lágrimas y las convertirá en gozo y
paz perpetuas.
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