“Sin Intimidad no puede haber servicio”

 

“Sin Intimidad no puede haber servicio”
 
En mi devocional de hoy me tope con una lectura que capturo mi atencion y deseo compartirla contigo porque se que es muy importante para nuestro caminar.
 
En nuestra vida como creyentes, sobre todo cuando llevamos varios años en la fe y estamos involucrados en el servicio y la vida de la iglesia, tenemos la tendencia a pensar que estar ocupados en las actividades y sirviendo en la iglesia es sinónimo de estar espiritualmente sanos. Este es un terreno peligroso. 
 
El peligro radica en que podemos llegar a confundir «servicio» con «salud espiritual». 
 
Aunque nuestro servicio a Dios debe ser una respuesta de adoración proveniente de corazones agradecidos y llenos de amor hacia Él, podemos encontrarnos «sirviendo» sin hacerlo para el Señor.
Porque Dios escudriña los corazones (Jeremias 17:10)
 
Nuestros corazones desplazan a Cristo del lugar que le corresponde y el servicio se convierte en algo que hacemos para nosotras mismos y es solo apariencia de piedad.
Cuidado! estar activamente envueltos en el «servicio a Dios» puede darnos la idea falsa de que estamos bien en términos espirituales. 
 
El problema radica en que nos enfocamos en el «hacer» y descuidamos el «ser», y eso jamás dará buenos frutos. 
 
Un corazón que está constantemente dando, pero que NO permanece en el hogar en comunión con su Señor y no recibe alimento constante de la Palabra, terminará secándose. 
 
Marcos nos presenta de la siguiente manera la escena en la que Jesús estaba designando a sus doce apóstoles: Después Jesús subió al monte, llamó a los que Él quiso, y ellos vinieron a Él. Designó a doce, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar (Marcos 3:13-15). 
 
¿Pudiste darte cuenta de la prioridad de Jesús? 
 
La primera razón por la que Jesús designó a sus apóstoles fue para que;
#1 estuvieran con Él
Y luego
#2 para todo lo demás relacionado con el servicio. 
 
Estar con Él en una relación de intimidad se hallaba por encima del servicio, porque esto era lo que los iba a sostener espiritualmente y los capacitaría para todo lo que tendrían que hacer por el Señor en el futuro.
 
Otro de los terrenos peligrosos que muchos cristianos transitan sin saberlo es cuando llegan a pensar que están nutridos porque se exponen a la Palabra los domingos o participan en distintas actividades eclesiásticas o el no perdernos un servicio o estar presente en cada conferencia NO implica que estemos teniendo un encuentro con el Dios de la Palabra. 
 
En el mismo sentido, es posible que nos hallemos expuestos continuamente a las Escrituras y que no esté ocurriendo ningún cambio en nosotros (en nuestro interior), porque solo se trata de teorías que nunca llevamos a la práctica. 
 
El gran drama de muchos cristianos es que pueden estar expuestos continuamente a las Escrituras sin darse cuenta de que sus corazones se han vuelto impenetrables a su influencia y poder.
Escuchar la Palabra puede llegar a convertirse en una costumbre y por lo tanto dejamos de prestarle atención. Tratamos las Escrituras como fuente de información que entra a nuestros oídos, pero nuestras mentes y nuestros corazones se encuentran muy lejos de Dios. 
 
“..de labios me honran; Mas su corazónes están lejos de mí.” ‭‭(Mateo 15‬:‭8‬)
 
Esa religiosidad falsa puede darnos la idea de que estamos bien, porque supuestamente estamos «escuchando» la Palabra con regularidad. 
 
Sin embargo, el problema es que terminamos asociando «intimidad» con «actividad».
Quisiera dejar en claro que la Palabra de Dios es alimento para el alma: «Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón» (Jr 15:16). Jesús mismo proclamó: «NO SOLO DE PAN VIVIRÁ EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS» (Mateo 4:4). 
 
El Señor dijo por medio de Jeremías que Él le envió su Palabra sin cesar a su pueblo, «pero no me prestaron atención, ni me escucharon» (Jr 35:15). 
 
“Jesús les respondió: —¡Cuidado! No se dejen engañar.” (Mateo‬ ‭24‬:‭4‬)
 
Sin alimento físico, nuestros cuerpos perecerían en cuestión de días, y sin el alimento espiritual los efectos de la debilidad en nuestras almas no se harían esperar. 
 
La Palabra de Dios es el maná con el que Dios alimenta a sus hijos para que puedan crecer a la imagen de su Hijo perfecto, Jesucristo. Si nuestros corazones y nuestra atención se encuentran realmente lejos de la Palabra, aunque pensemos que no es así, nuestras almas se secarán al carecer del alimento espiritual y comenzarán a mostrarse como terrenos áridos (secos) que son incapaces de dar frutos.
“..por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:16)
 
Necesitamos detenernos con frecuencia en nuestro andar como creyentes y evaluar nuestras vidas. 
 
“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.”
‭‭(Hageo‬ ‭1‬:‭7‬)
 
Tomado del libro: “Un Corazon en el desierto”
 

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