Si Jesús viniera tu casa hoy, para pasar un tiempito contigo, si Él llegara de la nada, sin que estuvieras a la espera de tal cosa, me pregunto ¿qué harías?
Tengo la certeza que le dispondrías tu mejor cuarto, pues lo considerarías huésped incomparablemente honroso. La comida que le darías sería de las mejores manjares que pudieras hallar.
Por descontado tampoco pararías de Hablarle e intentar convencerlo como estabas de verdad feliz con aquella visita inmerecida – harías de todo para convencerlo de que estarías feliz pero además de lo imaginable por haber escogido tu hogar y te acordarías de Zaqueo, tal vez compararte o igualarte a él hasta de forma presuntuosa.
Pero, cuando lo viste llegar, en aquel preciso momento, ¿será que fuiste corriendo para la puerta inmediatamente, o pensaste ir a arreglar unas cositas antes de que Él entrara?
¿Estiraste tus brazos para recibirlo sin pensar que algo Él tendría como desaprobar en el hogar donde decidió hallar Su posada? ¿O será que te amedrentó la idea de recibir tal huésped excelso y celestial en tu hogar?
Tal vez pensaste rápidamente ir a esconder tus revistas encima de la mesa y las sustituyes por una Biblia abierta y de preferencia subrayada.
Quien sabe pensaste ir a despejar al lado del vertedero tu colección de cd’s, tu música del mundo o aún aquella música evangélica que sabes disgustaría sus oídos mismo sin que toquen en el sonido.
¿Será que irías a desconectar tu sonido rápidamente aún antes de que Él entrara, o estarías feliz con Él entrando sin cualquiera tardanza? ¿Irías a borrar las direcciones en los favoritos de tu computador rápidamente? ¿Cuáles serían tus primeras reacciones en la verdad?
Supongamos aún, que Él no vino sólo visitarte, pero, en la verdad, vino para quedarse por allí unos días. ¿Qué harías en tal situación? Con Él cerca, Tu vida normal sería igual a la de los otros días?
¿Tus palabras, tu sentir serían iguales a los de siempre? ¿Tu vida continuaría su curso normal o antes se interrumpiría? Tu cariño sería el mismo de siempre o será que estarías corriendo contra el tiempo para intentar modificar tu modo rápidamente?
¿Si más tarde invitaras a Jesús para salir un poco, hablarías a Él diciendo que estabas harta de estar allí y que necesitabas distraerte un poco, o dirías que necesitabas salir de casa para tener porque loarlo? ¿Que sentiría Él pensando que necesitabas salir de donde estabas para “entrar” en el espíritu de alabanza?
O saliendo de allí para un paseo a solas, ¿será que ibas aún por los mismos caminos de siempre, visitarías los lugares habituales, o será que harías un brusco desvío de tu normalidad mientras Él estuviera contigo?
Pero, suponiendo que ninguno de estos motivos sería la razón para QUE lo invites a salir un poco, pero antes ¿porque gustarías que Él conociera algunas personas a quienes tú
conoces también? ¿A cuáles personas llevarías a Jesús a conocer de cerca? ¿Tus amigos íntimos?
¿O será que tu corazón se estremecería sólo con la idea de que alguno de ellos apareciera en vuestra caminata, de cruzarse en vuestro camino, pues tendrías que presentarlo como tu amigo sin mentir?
¿Tus visitas de amistad a lo que lleguen tu casa, estando Jesús por allá aún, saldrías a avisarlas para que se porten bien o dejarías que éstas entraran libremente así, sabiendo que estas ya conocían tus antojos dentro de tu hogar? Que tipo de amigos entran en tu casa libremente? Pedirías para que no trajeran su botella de vino habitual?
¿O será que desearías de todo corazón que tus amigos y compañeros se quedaran lejos de tu puerta durante aquellos días y que no telefonearan para ti para que no tuvieras que dar explicaciones sobre la llamada y las invitaciones que te hicieron?
Y así que Jesús se fuera, ¿te sentirías aliviado o triste con Su ida? ¿Saldrías corriendo a ver si tus cd’s aún estaban al lado del vertedero?
¡Sería de verdad interesante saber cuáles serían tus reacciones normales con tal visita inesperada!
#Selah
#Medita
¡Que Dios te bendiga mucho!
"He ahí que pronto vengo; bienaventurado aquel que guarda las palabras de la profecía de este libro", Apoc.22:7. "Sabed, sin embargo, esto: si el dueño de la casa supiera que vigilia de la noche había de venir el ladrón, vigilaría y no dejaría minar su casa", Mat.24:43. "Pero, hermanos, acerca de los tiempos y de las épocas no necesitáis de que se os escriba: (2) porque vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como viene el ladrón de noche", 1Tes.5:1-2
Tomado de la pagina avivamientos
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