Hablemos de... RAHAB
Una mujer cuya historia demuestra el poder de la gracia y la transformación divina. Rahab, aunque al principio era conocida por su vida en la ciudad de Jericó, una ciudad de pecado y corrupción, es un ejemplo vivo de cómo Dios puede redimir y usar a quienes menos lo esperan.
La Escritura nos cuenta que “Rahab la ramera” ayudó a los espías israelitas a esconderse, mostrando una fe y valentía extraordinarias (Josué 2:1-14). A pesar de su pasado, ella reconoció a Dios como el único verdadero y viviente, y esa fe la llevó a un cambio radical. “Porque sabemos que Jehová ha entregado esta tierra en nuestras manos, y que el temor de vosotros ha caído sobre nosotros” (Josué 2:9).
Rahab, al acoger el plan de Dios, cambió su destino.
En la genealogía de Jesús, la vemos como un ejemplo de redención. “Y Salmón engendró a Booz de Rahab” (Mateo 1:5). La misma mujer que una vez vivió en la oscuridad, ahora se encuentra en la genealogía del Salvador, mostrando que ningún pasado es demasiado oscuro para ser transformado por el poder de Dios.
Quiero que sepas, querida mujer de Dios, que, como Rahab, Dios no ve tu pasado, sino el propósito que tiene para ti. “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20). No importa lo que hayas vivido ni las etiquetas que el mundo pueda haber puesto sobre ti, en Cristo tienes una nueva identidad. Así como Rahab fue incluida en la línea de David y, finalmente, en la genealogía de Jesús, Dios puede tomar tu historia, tu dolor y tu lucha, y usarlos para Su gloria.
Proféticamente declaro: Hoy, el Señor te está restaurando a una nueva posición de honor y propósito. Así como Rahab, serás un instrumento de victoria y transformación en las manos de Dios. Él cambiará tu historia, y lo que el enemigo intentó usar para tu destrucción, Él lo utilizará para llevarte a tu propósito divino. No hay límites para lo que Dios puede hacer a través de ti. ¡Levántate y camina en la gracia y el favor que Él ha destinado para tu vida!
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